La fieras acompañan al hombre y éste, lleno de valor, se bate contra el enemigo sin importarle en absoluto la suerte que pudiera correr. Quizás por no pensar en un futuro. Quizás porque la aventura puede más que el temor a la muerte segura. Quizás porque a él jamás le podrá ocurrir nada cruel.
Josef Mitschan, nos trae desde Austria un cuento dentro de su maleta. Un cuentos de esos “que lo llaman” y se convierten en parte de él. Ese tipo de cuentos, que siente la necesidad de hacerlo suyo y que interpreta con gestos, movimientos y ternura más que suficientes, para atrapar a cuantos caen en su red de cuentero…
Nadie sino él puede afirmar que sólo un niño puede saber cuanto mide la lengua de un dragón.
La búsqueda incesante de historias para contar, convierten a Mitschan en el mago de barita encantadora que saca de su chistera la fábula idónea para el lugar preciso.